Publicado por : vdallos
agosto 06, 2013
Pues este juego es de los grandes, por eso no
hay más que presentarlo y empezar. The Legend of Zelda - Ocarina of time para N64.
Titulo en N64, la
caja dorada es por algo.
CONTACTO INICIAL.
Antes de jugar “Ocarina of Time” conocí a Zelda,
posteriormente llamado Link…el que me entendió, me entendió…en un juego de
gameboy en donde aparecían animales bailarines y muchos detalles monos (Links
Awakening), que se me hizo excelente. Luego me encontré con “A Link to the Past”
de SNES, al cual le dedicaré algunos párrafos en otra oportunidad y también se
me hizo brillante, con mecánicas de viaje entre planos y mejores gráficos. Fueron
un par de juegos que sin duda era de altísima factura…pero faltaba lo mejor por
llegar.
Corría el año de 1995, cuando vi en una revista,
que en Nintendo estaban trabajando en la consola con gráficos en 3D con nombre
clave Ultra64. Entre las capturas de
pantalla del reportaje aparecía el juego de Zelda64, con un Link en 3D, que
estaba siendo desarrollado por un tal Miyamoto. Yo aún tenía mi Súper Nintendo
dándolo todo con sus Donkeys y demás, pero me hizo gran ilusión el cambio de
generación de consolas. Probablemente elegiría esta Ultra64, porque me gustaban los juegos ”made in” Nintendo...pero la
historia no fue así…primero cayó la Playstation y debo decir que me olvidé de
la revista y el zelda64…entre otras cosas porque pasaba el tiempo y no llegaba,
ni la consola y mucho menos el juego. Eso fue por 1996.
Nintendo Ultra 64
Ya entrado el año 1998, terminaba mi colegio y empezaba
en el mundo universitario de tener poco dinero y muchos gastos, casi ninguno
relacionado con la universidad, y recuerdo que mi mamá…quien ya veía que no era
tan niño… me dio, lo que considero, el último gran regalo de niñez, una
Nintendo 64 con Mario Kart y Goldeneye….casi
nada. Digo esto porque lo recibí como cuando éramos niños y la espera nos
parecía mucho tiempo, miramos fotos y revistas que nos hacían llenar de ansiedad
y queríamos desbaratar los papeles de regalo. No grite como el niño del
Nintendo sixty four!! Pero más por pena que por falta de ganas.
La N64 me hizo descuidar la play, principalmente
porque me aburren los tiempos de espera…y en los CDs de Play1 eran
interminables…además porque la tenía “piratilla” y ya empezaba a mostrar
problemas de lectores, partidas perdidas, discos que dejaba de leer… en fin, el
karma de este mundo.
Versión muy preliminar de Zelda64
Regresando a mi época de finales de Colegio y
principios de Universidad, recuerdo que no me volvieron a regalar juegos
después de este N64…por lo cual debía procurármelos yo solo. Caminaba por
sitios de segunda mano y muchas veces encontraba cosas muy buenas. Un día que
salí de clase me encontré con que los estudiantes montaron un mercadillo de
pulgas, de estudiantes para estudiantes. En un puesto encontré casettes de
Super Nintendo y entre ellos unos de N64…se me hacía raro, pues se veían
terriblemente desgastados y probablemente no tendrían más de algunos meses de
haberse lanzado. Entre ellos encontré un cartucho sin carátula, muy rayado, sin
un tornillo…un engendro de cartucho…pero que tenía un pedazo de cinta blanca y
sobre ella decía en marcador…ZELDA. Lo miré con extrañeza, pues era un juego
que no tenía mucho de haberse lanzado, pero este parecía haber prestado
servicio en la guerra. Reuní mis centavitos, dejé los cartuchos de SNES que
tenía en las manos y me dispuse a negociar por este engendro. No recuerdo el
precio, pero sí que esa semana me preparé sándwiches en la casa porque no tenía
para comprar en la cafetería.
Una vez llegué a mi casa, me dispuse a probar
el juego, lo puse en la ranura, encendí el televisor, lo puse en la opción de
video y… no pasó nada!!. La pantalla
se quedó en negro y entonces pasaron mil cosas por mi cabeza, varias de ellas
groserías, pensando que había desperdiciado mi dinero en un juego dañado.
Entonces apagué el N64, saqué el cartucho y como hacemos muchos…soplé los
contactos…lo volví a poner, y en contra de lo que dicen las evidencias
científicas…eso de soplar, sí funciona.
Intro…sin palabras.
Me detuve un momento en el tiempo…y debo decir
que no entiendo cómo es que lograron transmitir tanto con tan poco. Unos pocos
acordes, la luna en el cielo…y el galopar de Epona (que no es sólo un caballo…es
Epona) y Link como joven adulto. Dudé mucho para empezar el juego pues la
atmósfera estaba dispuesta para admirar lo que era arte en un juego. Sólo me pasó eso con otros juegos. The Wind
waker y Metroid Trilogy…y eso, que estos los jugué ya bien entrada la época de Wii…pero
esa es otra historia.
Así empezó mi relación con The Legend of Zelda,
y se ganó un lugar como una SAGA
de juegos, de los que están sobre todos los demás (Resaltado y en mayúsculas y
subrayado). Me di a la tarea de redescubrir los juegos que se habían lanzado
antes de este y aunque me salté la generación del Gamecube, con Wii me impuse
como misión buscar los juegos de la saga que me había perdido.
Decir que el cartucho me dio muchas horas de
diversión, y en pago lo limpié, conseguí el tornillo faltante y hasta le
procuré una carátula, que no era como la original…me inspiré un poco. Con el
tiempo me encontré con un juego en mejor estado y sus catálogos y caja, no
perfectos, pero por lo menos completos.
Juego con caja y manuales de mi colección y
juego con carátula casera.
Hoy voy a dejar en este punto, normalmente
después de contacto inicial sigo con mis impresiones sobre los gráficos, el
sonido, la jugabilidad y los comentarios finales…pero por esta ocasión voy a
tener que dividir el tema…porque es mucho lo que quiero hablar de este juego. En
una segunda entrega traeré estas impresiones, como siempre, tratando de decir
lo menos posible de la historia del juego para no arruinar la experiencia a
quienes no hayan podido jugarlo. Por ahora me despido rezando por los muchos
que no han logrado salir del templo del agua.
Pobre espíritus perdidos en el templo del agua